Un proyecto insólito, una locura: reconstruir una antigua casa de labradores con estructura de madera y muros de tierra en pleno siglo XXI.
En agosto de 2002 compramos 'la casa de Pío Pascual' en Valdemaluque. Era una mole sin apenas ventanas, sin agua corriente, carcomida y medio hundida, que llevaba 40 años cerrada y deshabitada.
Desarrollamos un proyecto de rehabilitación respetuoso con las formas, los elementos y los materiales de la casa vieja.
Aunque la distribución de los espacios interiores respondía a las necesidades del ciclo de vida rural de los antiguos habitantes, valoramos su conservación y su compatibilización con los nuevos usos y exigencias.
Abordamos la obra desde un enfoque de sostenibilidad, procurando minimizar los impactos ambientales, dando prioridad al reciclado, la reutilización, y el empleo de materiales naturales y ecológicos.
Mediante sangre, sudor y lágrimas, y un buen puñado de euros, terminamos felizmente en la primavera de 2008, y desde entonces disfrutamos a diario compartiendo nuestra maravillosa y original casa de adobe.
A través de nuestro proyecto reivindicamos la tierra como material de construcción local, natural y económico, saludable y eficiente, con buenas propiedades aislantes y un gran atractivo plástico.
También reivindicamos el valor patrimonial del adobe por su papel central en la arquitectura popular tradicional de esta comarca de Castilla y de muchas otras. Ser de fuera nos da la distancia y la perspectiva para apreciar lo que aquí apenas se valora. Un patrimonio despreciado y en vías de desaparición.
El turismo rural es el medio que nos ha permitido esta puesta en valor de la tradicional construcción con tierra.